IBM, espíritu de la revolución tecnológica

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México, 16 de junio.- Aunque no es la más vieja, sí es la más conocida de las tecnológicas en México. Hoy cumple un siglo de existencia en el mundo y 84 en el país, y aunque recientemente nombres como Facebook, Apple o Google le han arrebatado atención, nadie puede olvidar que IBM es la pionera en muchas de las tecnologías que esas marcas y la humanidad utilizan hoy día, no por nada la llaman Big Blue, el gigante azul que hizo posible el uso masivo de las tarjetas de créditos, el código de barras o la laptop.

Esta es la compañía que creó el cerebro, uno de silicio, que hace unos meses se impuso a un ser humano en el popular concurso Jeopardy. Un cerebro que lleva el apellido del legendario líder que puso a IBM en el pináculo de la tecnología mundial.

Su origen comenzó el 16 de junio de 1911, cuando Charles R. Flint gestionó la formación de la firma Computing Tabulating Recording Corp, una empresa que surgió de la fusión de la fabricante de básculas Computing Scale Company, el fabricante de relojes International Time Recording Company, y de la empresa propia de Flint: Tabulating Machine Company, creada en 1896 por el legendario Herman Hollerith.

El nombre de IBM, (International Business Machines) surgió en 1924, junto con su planta de Endicott, Nueva York. En esos años, IBM fabricaba, como hacía alusión su nombre, máquinas para los negocios, y más importante, máquinas capaces de leer información almacenada.

Estos equipos le permitieron a la firma expandirse como nunca antes, luego que en 1930 el servicio de seguridad social de los Estados Unidos utilizó esta tecnología para registrar a unos 26 millones de estadounidenses, ya que esas máquinas significaban la novedad y modernidad de la época, como lo hace el iPad hoy en día.

A IBM le iba bien en todo, y le fue mejor con la dinastía Watson. El primero de ellos, Thomas J. Watson impuso una nueva visión y estándares para todo en la compañía, hasta los que tenían que ver con la vestimenta, por ello es que en las fotografías de IBM de mediados del siglo XX sólo se observan ingenieros con camisa blanca y corbata azul o negra.

Thomas J. Watson sentó el lema que IBM carga desde entonces, "Piensa", siempre pensar en desarrollar nuevas tecnologías, nuevos equipos, nuevos mercados.

También sentó las bases para llevar a IBM a la era de la súper computadoras y su hijo, Thomas Watson Jr. fue el encargado de convertir a IBM en un líder en ese sector y es que la tecnología de la firma en este campo fue preferida incluso hasta para ser utilizada en los viajes espaciales de la NASA.

Años más tarde, IBM era la empresa más respetada de las tecnologías, la más reconocida de ese campo en Estados Unidos y en el mundo sólo rivalizaba con la alemana Siemens, porque las otras de gran talla como Toshiba o Sony apenas comenzaban su expansión en los mercados internacionales.

Su poder y recursos eran tan grande, que IBM se daba el lujo de gastar millones y millones de dólares en tecnologías experimentales, pero con futuro, así descubrió el disco duro magnético en 1956; el floppy o disco flexible en 1971 y tiempo después, desarrolló una tecnología para hacer masivo el uso del código de barras y las transacciones en los cajeros automáticos, desarrollos que permitieron toda una revolución tecnológica.

Expertos sostienen que la década de los 80 fue la de quiebre para IBM, pues aunque desarrolló una PC personal en 1981, antes que nadie, la firma no pudo con los cambios que se avecinaron en la industria de la computación y con el surgimiento de una nueva competidora en el campo del software: Microsoft.

Otro error, fue el de formar acuerdos de venta o co-desarollos tecnológicos, pues con Intel quiso desarrollar nuevos microchips y con Microsoft, el software de sus PCs, del cual no tenía el derecho intelectual.

Así, IBM se vio relegada de un mercado que ella misma comenzó a desarrollar y justo cuando éste comenzó a despegar.

Luego de las significativas pérdidas por miles de millones de dólares, IBM recuperó el camino perdido, se deshizo de las divisiones menos redituables, como la de PCs, que fue vendida a Lenovo en el 2004, pues fiel a su lema impuesto por Watson, la compañía se reinventó y le apostó a las nuevas tecnologías.

Fue así que IBM prosiguió en un sendero de las tarjetas perforadas al desarrollo de discos de silicio y nanotecnologías.

Actualmente, parece que IBM vive un éxito rotundo, pero silencioso e intangible. La razón, ya no es posible tocar y escuchar los equipos que desarrolla la trasnacional, es que ya no los desarrolla, porque ahora está más enfocada a crear servicios y con la mira de volver a ser la número uno de las tecnológicas, puesto que no disfruta desde los años 80 y en beneficio de Apple, Microsoft y más recientemente de Google y Facebook.

Y quiere ser la primera, porque su facturación de 109 mil millones de dólares en 2010, ganancias netas de 13 mil 400 millones de dólares no le bastan para enorgullecer a sus 400 mil empleados, por ello quiere arriesgarse y marcar el paso en la industria tecnológica, como lo hizo por décadas hace apenas unos años.(Con información de Nicolás Lucas/Finsat/MVC)

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